Querido diario hoy te escribo un domingo desde Barcelona para recordarte una cosa muy importante que hemos de saber todos, incluido tú, querido lector.
Debido a los acontecimientos de estos últimos días, me he planteado escribir un post muy especial, y cómo puedes ver se llama “TODOS SOMOS IGUALES”. Puede parecer una tontería que escriba hoy esto, pero me parece que tengo que recalcar esta frase una y otra vez.
Da igual como seas, todos nos parecemos.
Todos los seres humanos tenemos en común tres cosas vitales, todos tenemos un corazón, pensamientos y sentimientos. Y entonces, ¿Porqué pensamos que hay personas que no son iguales? ¿A caso no tienen corazón, pensamientos o sentimientos?, porque está muy mal pensar que somos más que alguien o que alguien es inferior a nosotros. No debemos pensar que hay personas que se merecen menos cosas que nosotros, sólo por el hecho que tienen la piel más oscura, que vistan diferente a nosotros o porque piensan cosas diferentes al resto.
En esta vida hemos de aprender a respetarnos entre nosotros, a querernos tal y como somos, pero eso también incluye, querer a la persona de al lado tal y como es. Parece mentira, que con lo que ha pasado y está pasando en nuestra sociedad no aprendemos. Porque queridos lectores, la avaricia, el poder y el querer más y más son una de las cosas que siempre nos llevan a entrar en conflictos unos y otros.
Y de los errores se aprende, pero siento mucho decir esto, parece que no hayamos aprendido de los errores pasados. Ya que, continuamos teniendo conflictos por el querer más, seguimos diferenciando a las personas por su color, miramos mal a aquellas personas que son un poco diferentes a nosotros, despreciamos a algunas personas que no se lo merecen, no ayudamos a las personas que ahora mismo lo están pasando muy mal.
Si puedes respóndeme a esta pregunta: ¿Porqué no nos bastará con ser felices y sentirnos queridos por mucha gente? Yo no tengo la respuesta, pero supongo que hay gente muy avariciosa en este mundo y es capaz de todo para llegar a donde quería llegar. Y yo eso, no lo entiendo, ya que no soy una persona rica y con cosas pequeñas ya me siento feliz, no necesito mucho más para sonreír.
Y no te estoy diciendo esto para que seas mejor, si no para que nos paremos un momento y miremos a nuestro alrededor, para darnos cuenta que esta sociedad no está equilibrada y es muy injusta con algunas personas que sólo se merecen ser queridas por los demás.